Consolidar una empresa exige estructura, gobierno corporativo y cultura organizacional para crecer con rumbo, sin comprometer su esencia. Consolidar una empresa no se trata sólo de vender más, sino de construir estructuras internas que permitan crecer, delegar y perdurar, sin dejar de ser fieles al propósito que le dio origen. En el camino empresarial, uno de los dilemas más constantes que enfrentan los fundadores es cómo crecer sin dejar de ser “ellos mismos”. La necesidad de poner orden, delegar funciones, establecer procesos y profesionalizar la gestión suele generar resistencia, sobre todo cuando se percibe que “burocratizar” la empresa podría apagar su esencia.